Producto de una conversación con alguien que me manifestó su miedo a imprimir sus propias fotos, surge este post. Cualquier persona que quiera llamarse fotógrafo hoy en día, debe haber visto al menos una sola de sus fotos impresa en un formato de tamaño grande o al menos un cómodo 20 X 30 centímetros. El mundo de lo digital nos ha puesto en la posición cómoda de obviar este paso, pero si lo que desean es tener retroalimentación que los nutra, es mejor que no lo olviden. En mi post "De puntos de luz, a puntos de tinta" también hablo sobre esto.
El proceso mental que se genera al ver tu imagen en medios distintos es como un auto análisis. Si esa foto que escogiste para enviarla a impresión no te gustó cuando la viste enmarcada, pueda que estés haciendo algo mal y tal ves no sea la foto la del problema sino tu. Es posible que tu parte subconsciente aún no termine de sincronizarse con tu proceso fotográfico. Si por el contrario, la felicidad se apodera de tí cuando ves que esa imagen traspasa la barrera de lo digital: felicitaciones, vas por buen camino, porque el solo hecho de que te guste tu propio trabajo te a más motivación para mejorar cada día.
Si estás en el lado opuesto no hay de qué alarmarse. Sólo es necesario hacer un análisis objetivo a solas de qué es lo que no te gusta cuando la ves impresa y en el futuro y hacer lo que estimes conveniente para que no suceda. Es sólo cuestión de observación y tiempo. Por ejemplo: sólo después de impresa, detectaste que el horizonte quedó torcido. Bien no hay líos, el imprimir te permitió observarlo necesario para que en el futuro eso no te suceda. En todo caso, siempre hay que tener claro que en el proceso de creación de la imagen se estén aplicando los conocimientos básicos para hacer que cualquier composición tenga armonía, y si ya eres el maestro de esos conocimientos básicos: ¡En hora buena! estás listo para saber como romper las reglas. Porque eso también tiene su arte.
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Imprimir una foto es algo parecido a lo que sucede cuando al haber hecho un dibujo en papel en ves de dejarlo en la libreta, se saca de allí y se enmarcarda. |
Mi recomendación de hoy aparte de imprimir las fotos que sean para nosotros las más importantes, es llenar el cerebro con información como la del programa Juegos Mentales. Es una forma entretenida y divertida de aprender, y de paso de alimentar nuestra creatividad. Porque como lo concluyera Eduard Punset en un capítulo de su famoso programa Redes: "Sin conocimiento, no hay creatividad", y la creatividad es la clave para buenas fotos y por ende buenas impresiones.