9 - Perdiendo el miedo

La primera vez que disparé con una DSLR fue con una Canon que ni siquiera era mía. La "estrené" haciendo autorretratos en mi casa y el "fogueo" fue  cuando tuve la oportunidad de asistir a un evento de moda. Eso de ser una mujer con una cámara profesional en medio de un montón de fotógrafos experimentados (todos hombres) en el 2009 por lo menos en mi ciudad no era común. La pelea por el mejor ángulo en ese reducido espacio para fotógrafos era una tarea que yo debía aprender.  En muchas ocasiones para hacer una buena foto hay que liberarse de miedos y lidiar con otros fotógrafos que roban tu espacio. La clave está en la concentración, no tomarlo a modo personal para no dejarse afectar. Lograr agilidad para hacer el trabajo propio y sonreir siempre que sea posible. Suena fácil y no lo es,  pero con práctica se logra. 

Entiendo a los fotógrafos cuando muchas veces son inoportunos para lograr una buena foto. En esta profesión muchas veces hay que arriesgarse a ser "chiflado". Todo es un juego de toma rápida de decisiones y de asumir riesgos, especialmente cuando se trata de reportería gráfica. Esta área de la fotografía es la más acelerada, es aquella del momento donde no tuviste tanto tiempo para decidir. Ya sea deportes, el bombardeo de unos chicos universitarios revoltosos, o de una manifestación obrera. Lo que sea, todo puede ocurrir y para ello hay que estar preparados y no con las mejores galas. Hay que estar dispuestos literalmente a ensuciarse. Cuando vean a un fotógrafo lidiando con situaciones así, hay que entenderlo(a). Esta haciendo su trabajo.






SÍGUEME EN INSTAGRAM

@tripshooting