17 - El sabor del restaurante no-restaurante

De las experiencias de viajes más agradables que destaco, es la de recibir la calidez y la mejor atención en un sitio no turístico por parte algún lugareño. Ese fue el escenario que precedió a la captura de la foto de este tranquilo minino en la cocina de una casa campesina después de un delicioso almuerzo. 

Viajábamos con destino a Palmas del Socorro en Santander, Colombia e hicimos una parada en Aratoca para almorzar. Luego de conversar con algunas personas de la región, llegamos a lo que yo llamo un restaurante no-restaurante. Como no había espacio para ubicarnos en la sala, nos fuimos al fondo y junto a la cocina encontramos una mesita donde nos pudimos ubicar. La logística de la atención a nosotros y los demás comensales estaba coordinada por todos los miembros de la familia y constantemente llamaban a la Nona. 

En Santander, el término "nona" se usa para llamar a aquella abuelita, esa mujer entrada en años que con su amor prepara los mejores manjares. Para la muestra el almuerzo típico que degustamos: carne oreada, con cabro y pepitoria. ¡Toda una maravilla! Un gran placer para el paladar, totalmente recomendado. Una vez pasado el agite del almuerzo nos quedamos otro rato allí. Estábamos amañados disfrutando de la calidez de ese hogar de la cual aquel gato también fue partícipe. Para el recuerdo queda esta y otras fotos incluida una que me tomé con doña Maruja: la nona. La mejor atención en el restaurante  no-restaurante en Aratoca: la Casa Campesina.


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