18 - El amor, la sensualidad y la fotografía

Hace algunos días merodeando por los territorios de Facebook, encontré una imagen con un texto que ha llegado hondo a mi corazón: "Un fotógrafo no hace una foto solo con su cámara, también con los libros que ha leído, las películas que ha visto, los viajes que ha hecho, las músicas que ha escuchado y las personas que ha amado" - Ansel Adams. No sé si esa frase perteneció a él pero en ella recalco la última parte: "las personas que ha amado". Cada persona tiene un pasado, y un presente que se ha enriquecido de amores y de otros pasados; y como fotógrafa sé que las formas más gráficas que hay para retratar el amor son la sensualidad el romanticismo y el erotismo. Éste último especialmente es uno de esos temas tabú cuando se es criado bajo estrictas normas religiosas donde nada de eso "lo aprueba Dios".  Si bien la frase de Ansel habla de amor en general yo voy hablar de sensualidad.

Hace tres años me fueron encargadas unas fotografías para una boutique sensual. Dicho tema siempre me ha encantado pero por cosas de la vida llevaba mucho tiempo desconectada de él. Hacer ese trabajo fotográfico como lo deseaba el cliente requería ciertos escenarios, una modelo, lencería fina y varios accesorios. No era un trabajo de alto presupuesto así que había que calcular muy bien los gastos. El tiempo pasaba y yo no empezaba con las capturas. Había en mí, alguna clase de bloqueo mental que me impedía la conexión con aquel tema, además de que no tenía una modelo adecuada para ese trabajo. Como cuando alguien me pide que le haga las fotos sociales de un evento y aunque dominé esa técnica cuando trabajé para una revista de esas tipo "socialité",  en la actualidad prefiero llamar a un amigo y cederle mi cliente.

Fotografía Laura Olejua
Cliente: Oh! Tiramisú Boutique Sensual
Pero un día tuve que "dejar la bobada" y empezar a hacer las capturas. Me había comprometido con mi cliente para presentarle mi propuesta fotográfica y no había marcha atrás. Me faltaba la modelo así que ¿a quien le tocó?... calculen. Un día tomé la decisión de ponerme en la actitud necesaria, vestir aquellas lindas prendas y empezar a posar. Era hora de que el disparador inalámbrico y mi imaginación trabajaran, yo tenía que ser fotógrafa y modelo. Tenía que sentirme sensual, respirar sensualidad, proyectar sensualidad y lo mejor... ¡fotografiar sensualidad!. Tenía que meterme en la cabeza el concepto del Boudoir y motivar sueños a quienes las vieran. Ya había hecho unas coquetas fotos para un antiguo amor  y cuando eso sólo tenía aquella Sony compacta de la que les hablé. Así que sin más excusas me puse a la tarea. Las primeras capturas no me gustaron para nada pero después de un par de horas de pensar en cómo deberían ser las fotos para ilustrar esa boutique desde mi óptica, todo empezó a fluir. Dejando pudores y prejuicios a un lado, me metí en el intenso proceso del pensamiento sensual gráfico. De esa manera llegó ese momento mágico donde las cosas fluyen y las ideas se transforman en fotos. Con el pasar de los clicks tuve el apoyo de una linda chica, quien también fue protagonista para quien ese trabajo representó un momento importante en su vida. Finalmente pude entregar aquella propuesta y todas quedamos contentas.

Como mujer, creativa y fotógrafa soy muy visual, y nada mejor para mi que crear escenarios llenos de romanticismo y encontrar aquel punto donde cada experiencia del pasado ya sea una canción, un libro, un viaje o el amor, nutran trabajos míos como éste, para el cual llevé mi mente a un punto de mi vida donde me sentí muy enamorada. Enamorada de la vida, de mi trabajo, de alguien, de lo que fuera. No creo que se pueda ser fotógrafo sin sentir. Por eso si él fue quien dijo aquella frase quisiera poder decirle: Mejor descripción no has podido hacer. 







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